Odette Galland toda su vida quiso ser como Dian Fosey. Esta zoóloga norteamericana que dedicó su vida al estudio de las poblaciones de gorilas de la montaña en Ruanda y el Congo, en África. Se hizo una película Gorilas en la Niebla que dio a conocer al publico masivo su trabajo estelarizada por Sigourney Weaver.
Hasta la fecha su sueño dorado es marchar al África a trabajar con los primates. Comenzó primero trabajando con lobos marinos y pronto se distinguió como una entrenadora amorosa, a la que los animales, incluso los mas agresivos, querían y le permitían domesticarlos por ello le tocaban los casos difíciles como Renata. Una loba sudamericana Ottaria flavensis, que la corriente del niño aventó en las costas de Oaxaca. Venia embarazada y perdió a su bebe. Era la única de su especie en el delfinario donde la mayoría son Zalophus californianus. Era muy huraña, se escondía para morder y perseguir a los entrenadores. Odette a base de paciencia y cariño logro que ella y Charlie, un lobo marino californiano de mas de dos metros y 350 kg de peso, dejaran de morder a los entrenadores y pudieran convivir con el público. Tiene una mano paciente y privilegiada. Ha demostrado con amor la mayoría de los animales, sean gatos, perros, delfines, lobos o felinos pueden convivir en paz con los seres humanos.
De ahí paso a entrenar delfines, su mano mágica lograba sacar ejercicios que otros entrenadores no lograban en un tiempo muy corto. Durante un tiempo Odette desarrollo una enfermedad que la volvió alérgica al sol, tuvo que dejar de entrenar delfines y lobos marinos muy a su pesar. Pero no se dio por vencida puso en Cancún una empresa para adiestrar y cuidar a perros cuando sus dueños salían de vacaciones. Ahora volvió al entrenamiento de mamíferos marinos, ha participado en el adiestramiento de nuevos entrenadores y en las reuniones anuales que efectúa la IMATA, International Marine Trainners Association.
Las prácticas pesqueras artesanales ocasionan más muertes de delfines que su captura con fines de exhibición, debido a que animales y pescadores compiten por la misma fuente de alimentos, lo que origina que el hombre busque métodos para ahuyentarlos, lastimarlos o incluso matarlos, afirmó el investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana (UV), Eduardo Morteo Ortiz.
“Desgraciadamente, los grupos ecologistas y las autoridades se enfocan más en evitar la captura para exhibición –se capturan en promedio unas decenas de animales por año que terminan en delfinarios privados– que la mortalidad incidental por pesca, que realmente es una amenaza para los delfines pues ocasiona la muerte de cientos de animales al año”, señaló el investigador y responsable, junto con Fabián Vanoye Lara, del Laboratorio Veracruzano de Mamíferos Marinos del Acuario de Veracruz.
Morteo Ortiz explicó a Bionero, este medio de difusión de la organización ecologista que distribuye notas sobre conservación, que esta situación ha logrado revertirse en lo que respecta a otras especies de mamíferos marinos como el manatí (Trichechus manatus), el cual antes de 1998 era usado como alimento por los pescadores del Sistema Lagunar de Alvarado y en Chetumal, que desconocían que se trataba de una especie protegida.
“Ha sido gracias al trabajo de difusión y educación tanto del Acuario de Veracruz como del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB) de la UV, y los investigadores universitarios Blanca Cortina y Enrique Portilla, que actualmente existen organizaciones de pescadores que protegen al manatí”, explicó el investigador.
“El cambio es muy lento pero vale la pena, y nosotros esperamos que el trabajo que realizamos en el Delfinario, aparte de estar centrado en la investigación científica, pueda generar en la sociedad, en las comunidades pesqueras, en las autoridades y los grupos ambientalistas la necesidad de conocer la situación actual de los delfines en Veracruz y desarrollar estrategias que ayuden a conservar a la especie.”
El convenio de colaboración entre el Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías y el Acuario de Veracruz inició en el año 2000, aunque fue en 2007 que el Instituto fue convocado para colaborar con el Acuario en la creación de un delfinario.
Un proyecto semejante le presente al gobernador Miguel Alemán Velasco en 2001 y a pesar de que le intereso nunca se logro cristalizarlo. Es un tema para variar difícil de balancear querido lector ya que la gente coloca virtudes humanas, mágicas o esotéricas en los delfines.
El 25 de enero del 2006 con este sistema que tiene el Partido Verde Ecologista para colar en la agenda legislativa leyes que pasan en las votaciones del pleno sin la suficiente discusión legislativa y son aprobadas en medio del montón, una modificación a la ley que prohibía capturar delfines en costas mexicanas para la exhibición publica. Modificaron el art. 55 bis de la Ley General de Vida Silvestre, LGVS. Esto produjo que el precio de los delfines en el mercado negro se cuadriplicara y trajo como consecuencia aquel famoso capitulo de la traída de delfines de las islas Solomon en Australia que le costo el puesto a un secretario y un subsecretario de SEMARNAT. Los grupos ecologistas de repente trabajan sin querer queriendo para la oposición. Algo semejante ha pasado con la ley de protección al mangle, la modificación al artículo 60 TER de la misma LGVS produjo que no se pueda tocar y una contracción de inversión en el estado, cuando de lo que se trataba era poner en orden la deforestación de humedales en el país.
Esta es la reflexión que pretendemos en este artículo querido lector, ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre. No podemos volvernos mas papistas que el papa, se trata que el desarrollo sea sustentable, es decir que la tasa de explotación sea menor a la tasa de recuperación no que se prohíba a menos que el recurso este en riesgo o peligro de extinción. Aunque ya lo hemos dicho el art. 60 TER no prohíbe, solo es demasiado restrictivo y hubo que pensar estrategias legales y a veces legaloides para que el espíritu no se perdiera y se permitiera trabajar en el desarrollo de proyectos verdaderamente sustentables.
La política en la materia, inexistente a nivel federal, ha permitido que el desarrollo sustentable sea como con el 007 una licencia para matar o para prohibir. Como decía Juárez a mis amigos mi indulgencia a mis amigos la estricta aplicación de la ley. El gobierno federal utiliza la legislación ambiental para premiar o castigar a sus adeptos. Nunca se ha tratado desde el gobierno de Fox de continuar el desarrollo de la política ambiental cuyas bases mal que bien desarrollo el gobierno de Zedillo. Solo se pretende mantener un sistema de canonjías y favores a los amigos y simpatizantes. Y el País, bien gracias, aunque fomentemos la tala clandestina y el trafico de especies animales, ¿a quien beneficia esto? ¿Usted que cree querido lector?